Salve María.

Oraciones poderosas del Gloria 2019-03-07
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El Salve María dentro de la cultura eucarística viene siendo uno de los cinco antifonarios dedicados a la Santísima Virgen María en la religión católica, estas antífonas son pasajes de las sagradas escrituras que se han convertido a lo largo de los años en cánticos de reflexión, como un verdadero saludo a la Virgen.

Este cántico ha sido entonado al final de las celebraciones cristianas por los dominicanos desde el año 1.221, aproximadamente, por lo que los cistercienses, han estado rezándola desde 1.251, convirtiéndola en un adjunto de San Bernardo de Clairvaux, quien fuera fundador de la orden cisterciense y los cartujos le han estado cantando todos los días durante las Vísperas desde el siglo XII.

Salve María.

¿Por qué motivo se le dedica esta oración a la Virgen María?

Es a través de María que Jesús se convirtió para nosotros en la mediadora, debido a que ella lo convirtió en un amor que con el paso de los años se haría parte de nuestro corazón, sensible al sufrimiento, a la cruz, a las pruebas de Dios y aún más accesible a la miseria suprema del pecado.

El Salve María, es una oración en la que la Virgen pudiera llamarse a sí misma nuestra defensora, que le dio al mundo su único hijo, tal y como hizo Dios Padre Todopoderoso, siendo él verdaderamente parte nuestra especie y que ha experimentado como hombre las inclemencias del pecado.

Esta oración se ha convertido en una verdadera muestra del amor de María por Jesús cuando estuvo padeciendo en la cruz, María reúne en esta, su oración toda la petición de los hombres y la incorpora a la relación del hombre con la gracia de Dios.

Jesús y María, ambos se convirtieron en prisioneros del amor y son a la vez esclavos voluntarios de la Santísima Voluntad del Padre, siendo así como se convierten en liberadores del mundo.

La Virgen María como intercesora en nuestro dolor.

Nuestra señora y amada Madre, es realmente para nosotros, como lo fue para Jesús mientras estuvo en la tierra, un presente eterno, con el Salve María la vista de nuestras miserias, para ella quedan completamente en detalle a su bendita visión, despertando de inmediato en el corazón de María y en su cuerpo glorificado el recuerdo de las mismas pruebas que soportó su hijo aquí abajo.

No sabríamos cómo representar  la compasión de María por nosotros, ahora que ella está en la dicha, pero no podemos menos que ser atrapados por lo que su infinita gracia nos manifiesta, así como en el momento en que María se presenta ante la gran cruz, donde Jesús es crucificado.

Siendo este el momento en que su rostro expresa tal tristeza, aunque sin lágrimas, siendo una expresión que nunca veremos, porque es esta la profunda compasión que ella también tiene por nosotros y que la impulsa a venir a nuestro rescate.

Esta compasión por nosotros es efectiva, ya que María nos está preparando para recibir la cruz como gracia, como una señal de afecto por parte del Padre que llama a las almas elegidas a caminar en el seguimiento de Cristo Redentor y en unión con ella, la Madre de Jesucristo, por la salvación del mundo.

el credo

santa rita

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